Agradecemos esta aportación enviada por Tere Robledo y Aarón Martínez que nos comparten esta increíble experiencia.
Zona del Silencio
Este sitio que está asentado en
el Bolsón de Mapimí, en el punto donde colindan los estados de Coahuila,
Chihuahua y Durango, tiene diversas características que han llamado la atención
de biólogos, místicos, astrónomos, entre otros. Para acceder a este sitio hay
diversas rutas. Una de ellas es tomando la carretera Durango – Gómez Palacio,
después continuar por la carretera libre a Jiménez, Chih. y en la población de
Ceballos girar a la derecha para continuar por pavimento hasta el Ejido La
Flor, recorriendo hasta aquí 356 km y ahí continuar por el camino de terracería
que va a el Laboratorio del Desierto por unos 30 km. Otra ruta es partiendo de
Durango, tomando la carretera a Gómez Palacio, continuar a Torreón y ahí tomar
la carretera a San Pedro de las Colonias, para 4 km después de Francisco I.
Madero tomar la desviación a la izquierda, con dirección a Químicas del Rey y
106 km adelante se encuentra Río Aguanaval, desde donde se puede acceder por un
camino de terracería de 7 km a las dunas de Acatita.
La Zona del Silencio comenzó a
llamar la atención de diversas personas desde finales de los 60's, y a partir
de entonces ha sido objeto de estudio y exploración. Aún así, adentrarse en
ella es un viaje en los sentidos, es perderse en un lugar donde los habitantes
de los escasos poblados casi no ven más personas en todo el día, y cuando llega
un forastero rápidamente llama su atención; así como el viajero busca de
inmediato hablar con estas personas que tienen un vida tan distinta a la suya.
En esta zona hay quien ha visto OVNIs, ha visto como su radio, brújula y otros
aparatos dejan de funcionar repentinamente.
Para llegar a la Zona del
Silencio lo ideal es hacerlo con un guía que conozca el lugar, pues una vez
dejando atrás la carretera pavimentada, los caminos de terracería se vuelven
confusos, y es fácil extraviarse en ellos. Recorrer carreteras solitarias por
paisajes inmensos te lleva a reflexionar y perderte en tus pensamientos, y
llegar a uno de los pocos poblados y platicar con las personas que ahí viven
puede representar un alivio, conocer cómo viven en esos sitios tan solitarios,
ver que se dedican a obtener cera de candelilla, a criar algunas pocas cabezas
de ganado, etc., y pedir el apoyo de un guía o indicaciones para el camino, lo
cual fácilmente se podrá conseguir, pues la gente es muy amable y son felices
de ayudar en la medida en que puedan. Hay algunas tiendas, pero tienen pocos
productos, así que es preferible llevar los víveres para la estancia planeada.
Cualquier época del año es buena
para visitar, pero se recomienda tomar precauciones, pues en el día el calor es
fuerte, y en la noche el frío es considerable especialmente en invierno, además
de que no es posible conseguir agua potable. Para aprovechar la estadía se
recomienda pasar al menos una noche, y si te gusta observar las estrellas,
puedes disfrutar un cielo inigualable si tu visita coincide con los días
cercanos a luna nueva. En este lugar también podrás encontrar especies
vegetales completamente adaptadas para sobrevivir en el desierto, así como
especies animales, fósiles, pinturas rupestres y rocas. Te recomendamos
respetar todo lo que encuentres aquí, pues es una Reserva Natural y es un lugar
que merece ser preservado para la posteridad.
Si están interesados en conocer este lugar y formar parte de una increíble experiencia pueden contactarse con el guía Walter Bishop de gran experiencia y excelente trato a los turistas, al teléfono Celular 618-815-07-28.
Hermosos paisajes que da el amanecer rumbo a este lugar |
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